Brienz - Un enorme torrente de escombros y rocas amenaza con arrasar todo un pueblo suizo, por lo que sus cerca de 80 habitantes han tenido que abandonar su hogar.

Las autoridades habían dado a los habitantes de Brienz, en el cantón de los Grisones, de plazo hasta el mediodía del domingo.

El ganado de los granjeros y un altar de estilo gótico tardío de 500 años de antigüedad situado en la iglesia fueron puestos a salvo. Los residentes fueron alojados con familiares o en pisos de vacaciones habilitados en la región.

Desde hace semanas, una masa de escombros desciende a gran velocidad por la montaña situada detrás del pueblo.

Sin embargo, los escombros también podrían desprenderse completamente del suelo y atronar en el valle. El volumen se estima en unos 1,2 millones de metros cúbicos.

Algo similar ocurrió el año pasado.

Las autoridades ya habían evacuado el pueblo hace año y medio ante la amenaza de un enorme desprendimiento de rocas en la ladera que lo corona.

Los habitantes esperaron durante semanasen otros refugios antes de que una noche de junio un torrente de escombros con cerca de 1,7 millones de metros cúbicos de roca se precipitara sobre el valle. Prados y una carretera quedaron sepultados a varios metros de profundidad bajo los escombros.

Sin embargo, el torrente se detuvo milagrosamente a pocos metros de una casa. Sin embargo, gran parte de la roca quedó suelta en la ladera. Ahora se está moviendo.

Los geólogos no pueden predecir cuándo se derrumbará la roca. Podrían pasar meses.

"Por el momento, lo más probable es que no ocurra nada", declaró al Neue Zürcher Zeitung el geólogo Andreas Huwiler, Jefe de Riesgos Naturales y Estructuras de Protección de la Oficina de Bosques y Riesgos Naturales de los Grisones.

Los escombros de la ladera también podrían estabilizarse de nuevo o seguir deslizándose muy lentamente.