Sensacionales descubrimientos de investigadores sajones en el Mar Muerto

Leipzig - Más de siete metros de altura y varios metros de diámetro: investigadoresde Leipzig han descubierto enormes respiraderos en el Mar Muerto. En lugar de humo, de ellos sale un líquido salado.

Helmholtz-Zentrum für Umweltforschung (UFZ)
Un líquido salado surge de respiraderos como éstos en el Mar Muerto.

El Mar Muerto tiene un contenido salino de alrededor del 30%, pero en algunas partes del lago salado también fluye agua especialmente salada del subsuelo. Allí se forman chimeneas de varios metros de altura porque los minerales cristalizan inmediatamente a partir de las aguas subterráneas extremadamente saladas, como han descubierto investigadores del Centro Helmholtz de Investigación Medioambiental (UFZ) de Leipzig.

Las chimeneas, conocidas como "fumadores blancos", son un importante indicador de alerta temprana de cráteres de colapso, explican en el UFZ. Estos cráteres se forman en las proximidades del Mar Muerto y suponen un peligro para la población.

Según informa el equipo de investigadores en la revista "Science of the Total Environment", los respiraderos se han formado allí donde la superficie terrestre se hundió posteriormente en una zona extensa.

Según el UFZ, el Mar Muerto lleva más de 50 años hundiéndose alrededor de un metro al año porque está aislado de importantes afluentes y pierde mucha agua por la fuerte evaporación debida a la sequía y el calor.

En la actualidad, el nivel del agua está a unos 438 metros por debajo del nivel del mar. Según los investigadores, esto significa que los países vecinos tienen cada vez más dificultades para acceder a los recursos de aguas subterráneas.

Las chimeneas del Mar Muerto pueden predecir zonas en riesgo de derrumbe

Gil Cohen Magen/XinHua/dpa
El Mar Muerto pierde aproximadamente un metro de agua al año.

Los científicos descubrieron que por los respiraderos del fondo del lago fluyen aguas subterráneas altamente salinas.

"Como esta salmuera tiene una densidad ligeramente inferior a la del agua del Mar Muerto, se eleva hacia arriba como un chorro. Parece humo, pero es un líquido salado", explica Christian Siebert, hidrogeólogo del UFZ. Algunos de estos respiraderos tienen más de siete metros de altura y un diámetro de dos a tres metros.

Las "fumarolas blancas" permiten predecir muy bien qué zonas corren el riesgo de derrumbarse en un futuro próximo, explicó Siebert.

Las chimeneas podrían cartografiarse con gran precisión utilizando embarcaciones autónomas. "Sería la única forma, y al mismo tiempo muy eficaz hasta la fecha, de identificar las regiones que están al borde del colapso como zonas en grave peligro", subrayó Siebert.