California (EE.UU.) - Parecía cosa del destino. Cuando la rescatadora de animales Suzette Hall fue informada hace poco sobre un indefenso perro callejero, de repente oyó la voz de su difunto hijo Logan (†18) en su cabeza diciendo: "Vamos mamá, te necesita".

Así que no es de extrañar que Hall se pusiera en marcha enseguida. Y ahora está sencillamente agradecida por ello.

Desde entonces ha informado sobre la operación de rescateen Facebook y lo sabe perfectamente: "Es difícil imaginar qué habría pasado si no hubiera escuchado ese sentimiento en mi corazón".

Pero empecemos por el principio: la semana pasada, Hall recibió la noticia de que un pequeño amigo de cuatro patas vagaba solo por las calles de un barrio de California y se escondía repetidamente debajo de un coche averiado.

Sin más dilación, la amante de los animales se puso en marcha e hizo todo lo posible por ayudar al perro, aunque para ello tuviera que buscarlo durante horas y finalmente tuviera que meterse debajo de un arbusto para liberarlo de su aprieto. Además, el animal seguía enfrentándose a ella, gruñéndole y mordiéndole.

Pero Hall no estaba dispuesta a rendirse. Y así, tras una angustiosa operación de rescate que duró una eternidad, por fin tuvo al animal en sus brazos.

Cuando la nariz peluda se sentó por fin en la jaula de Hall, la estadounidense necesitó un momento para respirar hondo y llorar. "Me alegré mucho de haber escuchado a mi corazón".

Entonces llevó al perro al veterinario. Apenas había salido de la consulta cuando el veterinario volvió a llamarla para insistirle en lo grave que era el estado de su amigo de cuatro patas.

"Me alegro mucho de que me lo hayas traído justo a tiempo", le dijo a Hall. "Tiene heridas punzantes, las encías blancas y es todo piel y huesos". Sin embargo, gracias a la rápida intervención de Hall, se recuperará.

Parece que su difunto hijo realmente salvó la vida del amigo de cuatro patas.