Unos padres notan un síntoma extraño en su hija: el médico hace un diagnóstico de sospecha terrible

Gympie (Queensland/Australia) - En junio, mientras jugaba en un parque, Abbe Baker se dio cuenta de que su hija pequeña Bella cojeaba. Lo que la familia no sabía en aquel momento era que aquel extraño síntoma desencadenó una auténtica odisea médica que acabó con la sospecha de un diagnóstico grave.

La pequeña Bella Baker está cada vez peor. Si realmente padece demencia pediátrica, probablemente no vivirá mucho tiempo.
La pequeña Bella Baker está cada vez peor. Si realmente padece demencia pediátrica, probablemente no vivirá mucho tiempo.  © Screenshot/GoFundMe

Baker y su marido Joshua llevaron a la niña de un año y medio al hospital de Gympie inmediatamente después de que aparecieran los síntomas. Sin embargo, un examen de rayos X no reveló signos de huesos rotos o esguinces.

Como la cojera empeoraba y se añadían dolorosos calambres musculares, la familia acudió al día siguiente al Hospital Universitario de Sunshine Coast.

Allí tuvieron que someter a la niña a varios análisis de sangre, una punción lumbar y una resonancia magnética. Ninguno de los análisis dio positivo, pero la pequeña Bella empeoró visiblemente.

En dos semanas, la niña perdió la capacidad de hablar y su fuerza disminuyó. "Era una niña muy inteligente. A la edad de un año, podía formular frases con cinco palabras", declaró Baker, que tiene otro hijo, al Daily Mail.

En la actualidad, Bella "básicamente sólo puede ver la televisión".

Un médico hace un diagnóstico de sospecha de demencia pediátrica

Abbe Baker con su hija Bella cuando era más joven.
Abbe Baker con su hija Bella cuando era más joven.  © Bildmontage: Screenshot/Facebook/Abbe Baker

Otro médico, al que también consultó la familia, tiene una conjetura sobre la enfermedad que podría padecer la niña. "El médico dijo que definitivamente tiene un trastorno de regresión neurológica, que es básicamente otro término para demencia", continúa la madre de dos niños.

Si se confirma el diagnóstico, es probable que los padres tengan que buscar cuidados paliativos. Los afectados suelen morir antes de los 30 años, a menudo mucho antes.

La enfermedad de su hija ha puesto patas arriba la vida de la familia. "Tenemos que pensar en vender nuestra casa", se preocupa Baker.

Por eso, un conocido ha lanzado una campaña de recogida de fondos , que ya ha recaudado casi 15.000 dólares australianos (el equivalente a unos 9250 euros).