Arkansas (EE.UU.) - Se suponía que sus cadáveres iban a utilizarse con fines de investigación, pero en lugar de ello partes de personas fallecidas acabaron en paquetes en la oficina de correos. La responsable: una mujer estadounidense de 37 años.

Candace Chapman Scott trabajaba como empleada en una funeraria, pero al parecer su sueldo no era suficiente para vivir. Así que Scott decidió cobrar de otra manera.

Según la fiscalía del estado norteamericano de Arkansas, la mujer, de 37 años, frecuentaba un grupo de Facebook en el que se hablaba abiertamente del comercio de partes de cadáveres.

En algún momento, Chapman Scott intuyó su oportunidad de obtener unos ingresos secundarios y se unió al grupo como vendedora. Entonces conoció a Jeremy Lee Pauley, un hombre al que no conocía. Entre ambos surgió una estrecha relación comercial.

Según la fiscalía, la estadounidense envió a su cliente un total de 24 cajas llenas de restos humanos entre octubre de 2021 y julio de 2022. A cambio, Pauley le transfirió el equivalente a unos 10.000 euros.

Chapman Scott robó a su empleador un cráneo, sesos, un brazo, una oreja, pulmones, corazones, pechos, un ombligo, un testículo y varios niños nacidos muertos.

Especialmente pérfida: la mujer de 37 años admitió que a los padres de los fetos que vendió no les dio las cenizas de sus hijos muertos, sino de cadáveres ajenos.

"Fue un crimen verdaderamente despreciable", dijo un alto agente del FBI ante el tribunal. En realidad, los restos humanos estaban destinados a servir como objetos de investigación para la Universidad Médica de Arkansas.

Chapman Scott fue condenada el pasado jueves a 15 años de cárcel por su banda y deberá devolver los aproximadamente 10.000 euros que cobró. Según el Arkansas Democrat Gazette, su cliente Jeremy Lee Pauley sigue en libertad. Pero él también será juzgado.