Purbalingga (Indonesia) - El indonesio Sumanto (52) se comió al menos tres cadáveres, fue condenado y cumplió condena en prisión. Ahora el caníbal se ha reformado e intuye su oportunidad de triunfar como influencer.

Sus actos causaron horror - ahora quiere dejar atrás su pasado.

Cuando la policía encontró los restos mortales de una anciana en la humilde vivienda del jornalero en enero de 2003, el caníbal no pudo negar su crimen: las pruebas eran demasiado contundentes.

Sumanto, que sólo responde a un nombre, admitió que había abierto la tumba de la mujer, secuestrado su cuerpo y comido parcialmente. El "Hannibal Lecter indonesio" también admitió otros dos delitos muy similares, informó el sitio web de noticias Kompas.id.

En un juicio sensacional, Sumanto sólo fue condenado a cinco años de cárcel por robo. En 2006, tres años después del delito, el caníbal fue puesto en libertad por buena conducta.

La razón de la clemencia de la sentencia: en aquella época, la profanación de cadáveres y el canibalismo aún no se consideraban por separado en el código penal indonesio.

Tras su paso por la cárcel, el caníbal condenado regresó a su pueblo natal. Ni su familia ni la comunidad del pueblo lo querían allí. Sumanto fue expulsado del pueblo y desde entonces vive en una clínica psiquiátrica.

Allí, dice el hombre de 52 años, ha aceptado sus actos y ha emprendido el "camino de la redención", informa el portal"Berita Satu". El caníbal convicto afirma: "Mis actividades incluyen bailar, cantar, hacer deporte y leer el Corán".

Afirma haber renunciado completamente a la carne humana. Según confiesa, se ha pasado a los pinchos de saté.

Sumanto se está haciendo un nombre como influencer. A este hombre delgado le gusta compartir su sabiduría vital, dar discursos motivadores y ser grabado mientras pesca o hace deporte. También comparte sus comidas con sus seguidores. Sólo en Instagram tiene 18.000 perfiles. En TikTok tiene 52.000.

El director del hospital, el Dr. Mulyasari, también considera que su paciente se ha reformado. Quiere creer al caníbal convicto. "Sumanto es ahora mejor, más divertido, más simpático y más humano", dice el director del hospital.