Por Christiane Oelrich

Suiza - Comer raclette forma parte de Suiza tanto como las altas montañas y el delicioso chocolate. El hecho de que los franceses se llevaran la corona de la mayor comida a base de raclette fue algo que los suizos no estaban dispuestos a aceptar.

Los raspadores de queso han batido un récord con 4893 comensales en una cena a base de raclette en Martigny, en el cantón suizo de Valais.

"Es un éxito fenomenal, ¡qué entusiasmo del público y de los queseros!", declaró exultante Eddy Baillifard, organizador del récord.

La corona de la raclette se la llevaron los franceses el año pasado. En Saint-Etienne se sirvió queso fundido a unos 2.200 comensales, y hace quince días a unos 2.500.

Los valesanos se sintieron ofendidos en su honor. Al fin y al cabo, siempre se han celebrado a sí mismos como la cuna de la verdadera raclette y querían llevar la corona culinaria al Valais.

"No podíamos dejar a los franceses el récord mundial de la raclette más grande ", declaró Samuel Bonvin, director del centro de exposiciones myexpo, donde tuvo lugar la comida. La raclette es un patrimonio cultural del Valais y el queso de raclette del Valais es único.

En la raclette tradicional, el queso no se funde en pequeñas lonchas en sartenes bajo la parrilla de una mesa, como suele ocurrir. En su lugar, se funde media rueda de queso sobre un fuego abierto o en una barra de parrilla y se raspa sobre el plato. El nombre "raclette" deriva del verbo francés "racler" (raspar). El queso se come con patatas.

Según los organizadores, 361 cocineros de raclette estuvieron de servicio en Martigny para servir a los 4893 comensales, raspando el queso fundido en los platos.