Illinois (EE.UU.) - Neali Tate empezó a criar gallinas en 2024. Pero una de sus gallinas ya le ha dado una gran sorpresa.

Hace unos meses, la estadounidense recibió una bandada de pollitos, que crió hasta convertirlos en gallinas ponedoras.

Ya de niña, Neali adoraba las aves de corral, como reveló a Newsweek: "La razón por la que me gustan las gallinas es mi abuela Lewis. Ella tenía y sigue teniendo gallinas. Todo lo que sé sobre gallinas se lo debo a ella".

Recientemente, la propietaria hizo un descubrimiento muy emocionante: cuando fue a ver cómo estaban sus mascotas, descubrió un huevo demasiado grande.

Para pedir consejo a otros experimentados propietarios de gallinas, Neali fotografió su fascinante descubrimiento y publicó las imágenes en el grupo de Facebook "Backyard Chickens". Las instantáneas muestran claramente que el huevo es incluso ligeramente más grande que la palma de su mano derecha.

Pero la curiosa mujer fue un paso más allá. Como quería saber cómo era el producto de gallina por dentro, lo abrió y vertió el contenido en un cuenco. Dentro no sólo había clara y yema, sino otro huevo.

"Nunca había visto nada igual. Qué gran experiencia", escribió Neali en el post. Los miembros del grupo reaccionaron con el mismo entusiasmo y algunos relataron experiencias similares.

Pero, ¿cómo puede producirse un fenómeno así?

Tracy Shane, experta en ganadería de la Facultad de Agricultura, Biotecnología y Recursos Naturales de la Universidad de Nevada, Reno, lo explica así: "Si el huevo aún no se ha desarrollado del todo, aún no ha salido de la tripa de puesta y al mismo tiempo se libera un nuevo óvulo demasiado pronto, puede formarse una cáscara alrededor de ambos huevos". Así que un huevo incluye al otro.

Aunque el resultado final parezca un poco extraño, se puede comer. Neali, sin embargo, aún no se ha atrevido a comer el producto animal: "De hecho, ¡todavía está en mi nevera!".