Austin - Un vuelo de American Airlines no pudo despegar debido a una actividad sospechosa a bordo. La tripulación tuvo que alertar a la policía debido a un punto de acceso WiFi sospechoso .

La semana pasada, el vuelo de la aerolínea estadounidense debía salir de Austin (Texas) con destino a Charlotte (Carolina del Norte).

Bruce Steen, de 63 años, estaba en el avión cuando ocurrió el incidente. Según declaró a ABC News, al principio vio que un pasajero se acercaba a una azafata con una tableta.

Poco después, el piloto anunció que el avión tendría que regresar a la puerta de embarque debido a un "problema administrativo". Para entonces, sin embargo, la tripulación ya había informado a la policía local.

Pasaron otros minutos antes de que el piloto volviera a llamar y hablara de un punto de acceso WiFi rebautizado. "Hay una bomba en el avión" era el nombre del punto de acceso sospechoso, dijo la tripulación.

Un agente de policía entró en el avión y pidió al responsable que levantara la mano.

Le dijo que, si se trataba de una broma, podía actuar en consecuencia, pero que, de lo contrario, habría que investigar a fondo todo el avión.

Sin embargo, nadie quiso levantar la mano, por lo que todos los pasajeros fueron acompañados fuera del avión. Cada pasajero también tuvo que mostrar su hotspot.

Se inspeccionó todo el compartimento de equipajes y un perro detector de bombas examinó todo el equipaje. Como no se descubrió ninguna anomalía, el avión fue liberado de nuevo.

Finalmente, el vuelo pudo despegar hacia las 18.15 (hora local), unas cuatro horas y media más tarde de lo previsto inicialmente. Según el aeropuerto, este incidente no tuvo ninguna repercusión en las operaciones de vuelo, aparte del retraso.