Un golden retriever vive nueve años en un establo: lo que ocurre después conmueve a tantos

Fort Wayne (EE.UU.) - Casi parecía que el Golden Retriever Bruce tendría que aceptar que su estancia en la tierra siempre sería solitaria y triste. Estuvo encerrado en un establo como perro de cría durante nueve años. Pero el destino le sonrió: Bruce es ahora más feliz que nunca.

A los nueve años, Bruce ha encontrado por fin un verdadero hogar.
A los nueve años, Bruce ha encontrado por fin un verdadero hogar.  © Montage: TikTok/seniorboybruce

En su propia página de TikTok , los dueños de Goldie, de nueve años, hablan de cómo acogieron al perro anciano hace unas semanas.

"Vivía en un establo sin los cuidados adecuados", cuentan en un vídeo. Estaba sucio y asustado y no sabía lo que era ser un "perro normal".

Pero Aubrey Turner y su mujer querían cambiar eso. Ellas mismas perdieron a su amigo de cuatro patas en julio. "Sólo tenía tres años y su pérdida nos dolió mucho. Al principio la idea de tener otro perro en casa era insoportable, pero después de mucho duelo nos dimos cuenta de lo mucho que la echábamos de menos", declaró a la revista People.

En la página web del refugio canino Humane Fort Wayne, de la ciudad del mismo nombre, descubrieron por fin al golden retriever Bruce y se quedaron prendados de inmediato.

"Los perros viejos tienen muchas menos posibilidades de ser adoptados", explicó Tuner. Bruce también estaba enfermo. "Sabía que no tendría tantas posibilidades de ser adoptado como otros perros. Pensé en él toda la noche y seguía sin poder dejar de pensar en él al día siguiente en el trabajo".

Bonito vídeo de TikTok: Golden Retriever Bruce debe ser feliz en la vejez

Golden retriever senior por fin feliz: "Un perro completamente nuevo"

¡Bruce por fin es feliz!
¡Bruce por fin es feliz!  © TikTok/seniorboybruce

Al día siguiente, durante la hora de la comida, Tuner fue al refugio a visitar a Bruce. "Cuando lo vi por primera vez, parecía muy decaído. Agachaba la cabeza cuando entraba en la sala de reuniones, tenía el rabo metido entre las piernas y se negaba a aceptar golosinas [...]".

Sin embargo, Bruce supo convencer a su futura dueña y, al cabo de un rato, le dio con cuidado unos besos babosos y puso su mejor cara de perrito. "Realmente se sintió como amor a primera vista. Su espíritu estaba agotado y maltrecho, pero nunca roto. Se notaba que en el fondo seguía siendo un perro alegre y feliz", recuerda Turner.

Ese mismo día, Bruce pudo irse a su nuevo hogar, ¡y su vida dio un giro de 180 grados! Aunque el golden retriever sigue mostrando signos de su difícil pasado, progresa día a día.

"Su cola, que solía estar metida entre las piernas todo el tiempo, ahora se mueve salvajemente con sólo mencionar su nombre", dice feliz su nuevo dueño. "Desde que lo conocí hasta ahora, casi dos meses después, es un perro totalmente nuevo".