Tailandia - La vida de Alba era una pesadilla hasta que fue rescatada: la perra sólo estaba guardada para vigilar una propiedad, pero no recibió ningún tipo de agradecimiento. Cuando la encontraron, estaba atada a una corta cadena de hierro y no era más que piel y huesos. Y aunque nunca le permitieron aprender lo que significa el amor, muestra el mayor anhelo por él.

El influencer Niall Harbison ha dedicado su vida a rescatar perros de la calle. Por eso, cuando alguien le habló de Alba, no lo dudó ni un segundo y se dirigió hacia ella.

A primera vista estaba claro que la perra era el epítome del abandono: "Sinceramente, era un milagro que siguiera viva", dice la página de Instagram de "Happy Doggo", una organización fundada por Harbison.

Aunque en realidad no le quedaban fuerzas, al principio Alba ladró y gruñó a los extraños. Pero cuando se dio cuenta de que solo querían hacerle un bien, movió la cola amistosamente y se dejó tocar.

Además de su preocupante peso, Alba padecía gusanos del corazón, anemia, parásitos sanguíneos y debilidad orgánica. Su frágil cuerpo también estaba cubierto de garrapatas y pulgas.

Tras una visita al veterinario, Harbison, defensor de los animales, decidió llevársela a casa porque estaba "demasiado enferma" para quedarse en el refugio de su organización.

"No estaba seguro de si sobreviviría al primer día", escribe en Instagram. "Pero ahora lleva dos días y medio y está respondiendo a los tratamientos". Sin embargo, Alba aún no está fuera de peligro. "Todavía no sé si habrá un final feliz. Está muy, muy enferma".

Pero todo ha cambiado ya para la perra. Porque por fin está recibiendo el cariño y el afecto que ha estado esperando toda su vida. "Para ser sincera, nadie sabe cómo ha llegado hasta aquí, pero sigue moviendo la cola pase lo que pase", dice feliz su salvador.

También fue él quien dio a este animal su melodioso nombre. "Significa amanecer en español y salida del sol en italiano". Harbison espera que la perra pueda ver salir el sol muchas más veces en el futuro.

"La pequeña Alba es el alma más dulce y frágil", escribe. "No le quedaba mucho tiempo de vida y creo que llegamos justo a tiempo...".

Además del veterinario, Harbison y el equipo de "Happy Doggo", otro ángel cuida de Alba. Hank, otro perro rescatado que vive con Niall Harbison, no se ha separado de la perra desde que llegó. No le quita "ojo", dice el activista por los derechos de los animales.

Y añade: "Sigue siendo un asunto delicado, pero puedes ver en su cara que empieza a tener esperanza". Aunque él y su equipo no saben qué le depararán los próximos días y horas a Alba, la amiga de cuatro patas estará al menos en un entorno seguro y cómodo.