Tennessee/EE.UU. - Una simpática perra de terapia ayuda a los alumnos de un colegio, pero su vida anterior no fue precisamente agradable: una vez la tiraron a la basura.

La perrita Simone fue descubierta en julio del año pasado por un hombre en el estado norteamericano de Tennessee, que la encontró junto a sus hermanos entre cubos de basura.

Según informa People, el hombre, desamparado, llamó rápidamente a una protectora de animales, que le aconsejó que se hiciera cargo de los tres cachorros.

Dicho y hecho. Pero una vez allí, el personal se dio cuenta de lo mal que estaban los tres amiguitos de cuatro patas.

Estaban muy desnutridos, apenas les quedaba pelo y tenían sarna. También tenían las patas quemadas, ya que llevaban más de una semana en una jaula metálica y las temperaturas eran muy altas.

Una vez que los cachorros se recuperaron un poco, se trasladaron a hogares de acogida para continuar su recuperación.

Cuando los cachorros mejoraron, la pequeña Simone empezó a mostrar su personalidad.

Era tranquila y dulce y cualquiera podía cogerla en brazos: todas las características de un perro de terapia en potencia.

Y justo en el momento adecuado, cuando Simone estaba lista para ser adoptada, la protectora de animales se puso en contacto con una posible cuidadora adoptiva.

Y he aquí que Sally Parish, directora de una universidad, preguntó por un perro de terapia para su escuela, ¡y ya había adoptado un perro de la organización!

"Simone tuvo una entrevista de trabajo en la escuela unos días después y enseguida se ganó el corazón de todos nuestros alumnos y del personal", recuerda Parish.

Pero eso no fue todo: la propia Sally Parish quedó tan prendada de Simone que acabó adoptando a la perrita en su propia familia. Poco después, sus hermanos también fueron adoptados y encontraron un nuevo hogar lleno de amor.

La peluda amiga ayuda ahora a unos 270 niños de la escuela y les hace sonreír.

"El impacto de Simone ha superado todo lo que podíamos imaginar. He visto de primera mano la alegría que aporta a nuestros alumnos, profesores y familias. Los rostros de los alumnos se iluminan cuando la ven y ella llena de alegría todas las aulas en las que entra", explica Parish.

El director espera que la historia de Simone inspire a la gente a dar una segunda oportunidad a los animales .