Baltimore (EE.UU.) - Cuando Max Matthai adoptó a su perro Louie del refugio de animales, el estadounidense no sabía qué clase de amigo de cuatro patas tenía entre manos. Dos años después, los resultados son asombrosos.

"Lo único que teníamos era una foto suya. No teníamos ni idea de qué raza era ni de lo que crecería", cuenta Max a la revista Newsweek.

Hoy, Louie pesa unos orgullosos 35 kilos, es un ávido nadador y le encanta retozar con otros perros en su nuevo hogar de Baltimore (estado norteamericano de Maryland).

Pero su dueño, Max, ha descubierto una razón completamente distinta por la que a su amigo de cuatro patas le encanta salir a pasear al aire libre: Louie recibe cumplidos con regularidad.

"Nos paran todo el tiempo y la gente nos pregunta por él. Siempre nos dicen que es uno de los perros más bonitos que la gente ha visto nunca", afirma el estadounidense.

Los admiradores de Louie también suelen tener una pregunta muy concreta en la boca: quieren saber a qué raza de perro pertenece este amigo de cuatro patas. El problema es que su dueño Max aún no tenía una respuesta.

Así que el estadounidense decidió someter a su mascota a una prueba de ADN. El resultado dejó a Max con la boca abierta.

"Al principio pensé que era una mezcla de golden retriever y collie", dijo. Pero ni mucho menos. Resultó que Louie tiene un 30% de pastor alemán, un 20% de pit bull y un 20% de gran pirineo. El resto es una mezcla aleatoria.

Su dueño, Max, ya puede hablar por fin de su raza a los admiradores de su peludo amigo. Para él, todo sigue igual: "Louie es un perro maravilloso. Le quiero más que a nada", dice el orgulloso papá del perro.